viernes, 19 de diciembre de 2014

Carta a Papá Noel



Querido Papá Noel:

hace justo un año te escribí mi carta. Recuerdo haberte pedido paciencia, resiliencia, fortaleza, ilusiones, humor y trabajo para mí y los míos. Fuiste muy generoso porque me trajiste casi todo lo que te solicité. He hecho uso de ello durante todo el año. Gracias por todas las risas, las nuevas ilusiones; gracias por la fortaleza que me trajiste, me ha sido muy útil en los momentos duros que he vivido este año. Gracias por el trabajo, la mejor medicina para muchos.

Este año se avecinan unas Navidades duras. Con ausencias muy importantes e irreemplazables. Es por ello que otro año más, no te he puesto el árbol. Hace años que no vivo la Navidad desde los ojos de un niño y me gustaría que me regalaras los motivos para poder vivirla así. 

Así que este año, solo te pido salud para mí y todas las personas que quiero; fortaleza para afrontar todo lo que pueda pasar; seguir teniendo el cariño de las personas que forman parte de mi vida y muchísimos y buenísimos momentos para este 2.015. Por favor no me quites a nadie más, recuerda que el mejor regalo bajo el árbol de Navidad es la felicidad de una familia unida.

Sin más, espera con ilusión tus presentes

Lorena

sábado, 13 de diciembre de 2014

PERSONAS

No nacemos preparados para despedirnos de las personas que queremos. Queremos egoistamente que se queden con nosotros para siempre. Disfrutarlas para siempre. Disfrutar de su compañía, su amor y cariño, y todo lo que cada una de ellas nos aporta en nuestras vidas. Pero todo inicio siempre tiene un fin. Mientras unos se van, otros llegan. Y al final, te das cuenta de que lo más importante en la vida, sin duda, son las PERSONAS. Personas con las que reír, personas con las que llorar, personas con las que compartir, trabajar, bailar, disfrutar, cantar, correr, comer...en definitiva, personas con las que VIVIR. Y cada una de ellas deja huella en nuestra historia de vida. 
Cuando pierdes para siempre alguna de ellas, te sientes que hay una parte de ti que se queda vacía y debes aprender a recordar el cariño que esa persona te aportaba, pues ya no lo vas a tener más.
Hoy, me invade la tristeza de haber perdido a dos seres muy queridos para mí. Personas que me querían incondicionalmente y que me arropaban con su amor. Un ejemplo de fortaleza y bondad que siempre admiraré. Pero también soy feliz de haber podido tenerlas en mi vida y de tener parte de ellas en mi ser. Me miro y las veo. Porque la genética es muy caprichosa y a mi me tocó parecerme a ellas. Soy feliz de haberlas despedido como se merecían, con respeto, dignidad y mucho amor. Ambas fueron unas despedidas preciosas que nunca olvidaré.

Y entonces...una mañana de pronto te da cuenta de que ya no están y entiendes que lo más importante, SON LAS PERSONAS.