lunes, 17 de abril de 2017

Arnés TODDLEPAK de TRUNKI

Esta Semana Santa hemos comprado y estrenado este arnés para niños. Paula es una niña muy inquieta. Anda desde los 11 meses y ahora, con casi 14 corre que se las pela. En la sillita se cansa de ir. Su naturaleza es estar libre para poder correr salvaje. Pero la calle está llena de peligros, sobretodo en los lugares donde hay tráfico cerca o mucha gente. Así que por su seguridad y para mi tranquilidad me puse a buscar algún tipo de arnés adecuado para su edad y que fuera lo más cómodo para ella.
El Toddlepak de Trunki fue el más completo que encontré, y tras comentarlo con otra mamá, ambas nos decidimos por el mismo.
Lo hemos usado estos días y nuestra experiencia ha sido muy buena.

El arnés aparte de tener un diseño muy divertido, es muy ligero y transpirable. Se ajusta fácilmente al contorno del pecho del niño/a.



Su sistema de cierre en la espalda es muy seguro.


 La cuerda, que se engancha en la parte trasera a la derecha e izquierda, puede usarse en dos posiciones según si lo que se desea es ayudar al niño a andar o simplemente acompañarlo, como es mi caso.




 Además tiene la longitud perfecta para poder dar cierta autonomía a los pequeños pero sin perder de vista su seguridad.

 



Nosotros la hemos usado en la calle y en Port Aventura y ha sido una tranquilidad saber que teníamos a la niña controlada. Y Paula, feliz de poder andar suelta.




Habrá quien piense que es una barbaridad llevar a los niños atados como si fueran perritos, pero en determinadas circunstancias cualquier precaución es poca. Y dado que mi niña es un terremoto, lo que opinen los demás acerca de este asunto me importa poco. Su seguridad está por encima de todo.



lunes, 27 de marzo de 2017

Vivan las Croquetas!!

Tras los duros meses que me ha hecho pasar Paula con el puré de verduras me he tenido que buscar la vida para conseguir que las coma en otros formatos. Ahora que ya es más mayor y tiene más dientes con los que puede triturar más la comida, ya le doy más sólidos. Así que imaginación al poder y que vivan las croquetas!!
Desde la revisión de los 11 meses con la pediatra me dijo que podía darle croquetas así que lo primero que pensé fue: le voy a hacer croquetas de verduras!! Si digo la verdad no miré la receta en ningún lado, pero tampoco tienen mucho secreto si has hecho croquetas en otras ocasiones.

A continuación os paso la receta para que la probéis con los peques y con los que no lo son tanto :D

INGREDIENTES

- 1 Calabacín
- 1 patata pequeña
- 1 zanahoria
- Un trocito de cebolla
- 7-8 judías verdes
- Un filete de ternera o pollo
- Un chorrito de aceite
- Pan rallado
- Una cucharadita de queso de untar (tipo philadelphia)
- Un huevo
- Una pizca de sal (opcional en función de la edad del bebé)



1. Cortar todas las verduras a taquitos pequeños.
2. Pocharlas en el microondas tapándolas con una tapa de plástico o bien hervirlas pero sin que estén demasiado blandas para que no se deshagan.
3. Una vez que tenemos las verduras pochaditas las pasamos por la sartén (no es necesario echar aceite pero si se quiere se le puede echar un chorrito). Al dorarlas quedarán más sabrosas.
4. Por otro lado, pasaremos el filete de ternera o pollo por la plancha.



5. Cuando ya tenemos las verduras y la carne cocinadas las mezclaremos en un vaso o bol junto con la cucharadita de queso de untar y el huevo para poder batirlo con la turmix.
6. A continuación le añadimos el pan rallado y mezclamos bien.
7. Una vez obtenida la masa de nuestras croquetas...llegó el momento de pringarnos las manos! Mediante una cuchara cogemos parte de la masa y modelamos cada pieza. La gracia de que sean caseras es que no hay dos con la misma firma, así que cada una será única e irrepetible. Si parte de la masa está muy pegajosa podemos añadir más pan rallado para modelarlas mejor.
8. Para dorar las croquetas las meteremos en el horno encima de papel de hornear para evitar que se peguen. Las tendremos horneando unos 10-15 min a una temperatura de unos 170 grados. Deberemos ir vigilando que se hacen correctamente e irlas girando.


9. y...Volia! ya tenemos listas estas croquetas delicionas!!





jueves, 2 de febrero de 2017

Las mil y una caras de la maternidad


Si algo tengo claro desde que soy madre es que la maternidad tiene mil caras. No hay dos madres iguales, ni dos maneras de criar igual, ni dos bebés idénticos en comportamiento. Por lo tanto, cada maternidad es un mundo que hay que respetar por encima de todo.

Convertirme en mamá me ha hecho darme cuenta de lo complejo y duro que es. Parecía más fácil cuando lo hacía mi madre conmigo. Traemos al mundo a nuestros hijos envueltas en una revolución hormonal y sentimos la presión y la culpa por cada una de las decisiones que tomamos como madres. Incluso antes de serlo, se nos ejerce una presión para que lo seamos. Hoy en día nuestro papel en la sociedad va mucho más allá de ocuparse de la casa y los hijos. El posponer la maternidad ha disparado los problemas para concebir y por suerte la ciencia ha puesto a disposición de las parejas nuevas fórmulas para conseguir ser padres. Sin embargo, la crianza de los hijos sigue recayendo en nosotras. Se nos exige que seamos abnegadas y sacrificadas y antepongamos el cuidado de nuestros hijos a nuestras propias metas. En muchas ocasiones no nos queda otra que renunciar a nuestro trabajo, nuestros hobbies, y a nosotras mismas. Y eso, por más que amemos a nuestros hijos, no es justo.

Se nos critica y juzga por todo: si das pecho, si no le das, si duerme contigo en la cama o en su cuna, si lo llevas a la guardería o no, y un largo etcétera que por desgracia nos lanzamos entre nosotras. 
Tengo la suerte de haber podido estar en contacto con otras madres primerizas como yo y esto me ha permitido ver que todas las opciones son válidas y que todos los niños se crían igual. Cada mamá debe tomar sus decisiones respecto a la crianza de sus hijos basadas sobretodo en el bienestar del bebé y de una misma. Porque si la mamá está bien, el bebé está bien. Así que si eso comporta tener que hacer malabares para poder descansar unas horas más, pues lo haces y no pasa nada.

"Tener hijos te quita calidad de vida" - dice la periodista Samanta Villar. Efectivamente Samanta, te quita calidad de vida porque durante unos meses duermes muy poco, comes cuando puedes y lo que es descansar... pues más bien nada. Pero es que la maternidad no es tan idílica como nos la pintaban. 
Entiendo que estas palabras hayan ofendido a un sector de las mujeres muy importante: aquellas que han tenido problemas para concebir. Y seguramente esta frase esté sacada de contexto.
Pero dudo que estés arrepentida de ser madre. Simplemente que cada mujer lo vive de manera distinta. Todo es mucho más fácil cuando tienes ayuda para todo y un bebé que duerme del tirón desde el principio. Pero en la gran mayoría de los casos, esto no es así. 
¿Y qué hay de malo en decir las cosas "menos buenas" de ser madre? Me considero una de las madres más quejicas del mundo. Hay días que echo de menos la libertad que tenía antes para hacer lo que me daba la gana. Pero no cambiaría ni un solo segundo la vida que tengo ahora junto a mi bebé. Todo tiene su proceso de adaptación pero con el tiempo te amoldas y tiras para adelante.
Pero mamás! no os escandalicéis. No se es peor madre por decir que estás cansada y desear estar tranquila un rato. Quizá si todas nos quejáramos y explicáramos las cosas negativas sin tener que sentirnos malas madres, no se montarían estos revuelos. 

Así que vamos a dejar de criticarnos las unas a las otras y que cada una viva la maternidad a su manera, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.


lunes, 30 de enero de 2017

Mi primer año siendo mamá


A solo un mes para que Paula cumpla un año, y tras muchos meses de abandono de mi blog, me animo de nuevo a explicar mi experiencia, esta vez como mamá primeriza.

Si hago balance de estos primeros 12 meses sin duda han sido los más intensos de mi vida. El post-parto no fue tan idílico como parece que todo el mundo pinta. Dormir y comer poco, problemas con la lactancia materna, que terminó con mi renuncia frustrada a dar el pecho. Y lloros, muchos lloros de mi bebé y míos. 
Echaba de menos mi barriga aunque cuando veía aquella niña rosadita, moría de amor por ella. 
La verdad es que nos costó acostumbrarnos la una a la otra. Sobretodo a mí. Paula no fue un bebé fácil y yo siendo novata todo se me hacía un mundo. Sentía que me venía grande. Y esa presión de sentir que no podía con todo, terminó con una lesión lumbar y una operación de hernia discal, que me impidió cuidar a Paula durante casi 4 meses. No podía sentirme más mala madre. Por suerte, la yaya materna la cuidó mejor de lo que lo habría podido hacer yo. No me alcanzará la vida para agradecerle a mi madre estos meses que le dedicó a mi hija.
Pero afortunadamente todo pasa, y tras los meses de dolor físico que sentí por mi lesión, poco a poco me fui recuperando y hoy día hago ya vida normal.

Una vez recuperada decidí dejar temporalmente mi trabajo para dedicarme al cuidado de mi niña, y es la mejor decisión que he podido tomar. Ambas nos necesitamos mucho y este tiempo que pasamos juntas es el mejor regalo que nos podemos hacer la una a la otra.

La miro y me parece mentira todo lo que hemos pasado en tan solo un año. Hoy día la disfruto más que nunca, aunque termine agotada de correr detrás de ella todo el día. Me encanta ver como explora el mundo, aunque eso signifique verla abrir todos los cajones y sacar todo lo que encuentra, o bien meterse dentro de la cama de los perros. 

Este último mes hasta su primer cumpleaños va a estar lleno de preparativos de su fiesta de aniversario y estoy muy ilusionada por celebrar que hace un año cumplió mi sueño de ser madre, algo que un día pensé nunca llegaría.