jueves, 12 de junio de 2014

La metáfora del emprendedor

A ti, que me dices que no entiendo de gestión empresarial, que tengo mi sueldo a final de mes y que no tengo que preocuparme de nada más, te diré:

No soy emprendedora pero sé que es invertir todo mi dinero en la realización de mi proyecto. En poner en marcha el mayor plan de mi vida. En poner todas mis esperanzas en conseguirlo.
Sé que es levantarse todos los días y luchar por lo que deseo con todas mis fuerzas. 
Cuando tu subes la persiana de tu negocio, yo me pinto la sonrisa para trabajar un día más por mi sueño. Luchar contra la tristeza, los negativos y todos aquellos obstáculos que me encuentro en mi búsqueda.
Yo también elaboré un plan de empresa antes de iniciar mi negocio. Solo que en ese momento no sabía que tenía que tener en cuenta partidas como IA, FIV, ICSI,... Ni que tendría que volverme loca buscando proveedores de positivismo, ilusión y paciencia. 
Yo también espero cuanto antes el retorno de mi inversión, mi mayor recompensa.
También necesito financiación para continuar mi proyecto y también le temo al fin de mes. En mi caso al fin de un ciclo que dura 28 días, porque es en ese momento donde me doy cuenta de que aun no ha llegado mi momento.
También sufro estrés cuando no me cuadran los números: el número de folículos, de transferencias, de ciclos, de índices hormonales,...
Tu incertidumbre es si podrás sacar tu negocio adelante o tendrás que cerrar y el mío si conseguiré ser madre.
Tu coleccionas facturas y yo informes médicos que también clasifico por trimestres.
Yo también me dejo la piel y el alma por seguir adelante y llevar a cabo mi proyecto. 
Emprendí muy ilusionada este camino y por el mismo me fui dando cuenta de que esto del "emprendimiento" no es tan fácil ni tan idílico como lo pintan. Que tienes que luchar mucho y trabajar sin descanso para llegar a la meta.
He tenido que modificar mi plan mil veces adaptándome a las circunstancias del mercado.
Sé que es agobiarse, no poder conciliar el sueño preocupada por tener que tomar decisiones de hacia donde seguir y qué pasos dar y no saber si son las decisiones que me llevaran al éxito.
Tener que hacer tantas cosas y tener que renunciar a muchas otras para realizar mi proyecto. 
Sentirse incomprendido en muchas  ocasiones y tener que aguantar como todos opinan sobre lo que debes hacer en tu situación.
Sé lo que es estar en pie de guerra todos los días y sacar fuerzas hasta de debajo de las piedras. Dar pequeños pasos e ir construyendo mi sueño día a día.

En el fondo, vivimos situaciones similares. Yo no tengo empresa pero si un proyecto tan ambicioso como el tuyo. Ambos luchamos dejándonos la vida en el terreno de juego. Y sé que ambos lo conseguiremos. Tú, porque eres un león. Y yo, porque soy una espartana.


1 comentario:

  1. Nuestro plan de empresa tendrá una recompensa para toda la vida, tenemos que seguir luchando, ver que cada pasito que vamos dando es uno menos para llegar a nuestro objetivo. ¡¡¡Nosotras lo vamos a conseguir!!!

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